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domingo, 11 de mayo de 2008

EL ESPECTADOR, LA OTRA OPINIÓN, VUELVE A SER DIARIO

El periodismo tiene una regla de oro: la independencia y la objetividad. El periodismo no puede observar los hechos de manera sesgada, pues deja de serlo, y se convierte en aúlico y es lo que viene pasando, últimamente, con los medios escritos y electrónicos en Colombia, que han roto la regla de observar la realidad -y en especial el comportamiento del gobierno- desde la emancipación y la imparcialidad periodística. Periodistas y medios, se han dejado seducir por los cantos de sirena de una administración que sabe mover sus fichas para ganarse con dádivas, canonjías, burocracia o por otros medios tenebrosos, la aceptación.
Sin embargo, un periódico que se ha mantenido fiel a la regla de oro del periodismo, ha sido EL Espectador, sobreviente de los atentados en los duros momentos de la era de la violencia política colombiana, de los terribles episodios de un narcatráfico poniendo bombas a diestra y siniestra, del desafecto de los gobiernos, extralimitados en el ejercicio de la fuerza, y finalmente de los embates económicos, que lo llevaron a dejar de circular diariamente, para aparecer los domingos como semanario. Aferrado a los principios trazados -desde su fundación- por don Fidel Cano, El Espectador, prácticamente, ha sobrevido después de los avatares, que han pugnado en su historia periodística, por ponerlo fuera de circulación.
Reconforta, entonces que, ante el sinnúmero de dificultades padecidas por El Espectador, vuelva a circular como diario, y completamente remozado, luciendo nuevo look: del formato tradicional, pasa al tamaño tabloide, tipo periódico europeo, con mayor espacio que el tabloide normal, y más práctico y fácil para leerlo.
Mantiene en su sección de opinión a columnistas de la estatura de Alfredo Molano, sociólogo, que recalara en el periodismo con una visión sustantiva de los problemas sociopolíticos como la colonización, la siembra de la coca, entre otros, Jorge Bejarano, aguerrido liberal, crítico del gobierno; Felipe Zuleta, periodista que ve el oficio desde un juicio de fortalezas y debilidades del ejercicio del poder, y otras voces de derecha e izquierda, para que la opinión obre en los criterios de este medio: diversa y varia.
Lo relevante, es que vuelve El Espectador como diario, para ser la otra cara de la opinión, fente a un periodismo que dejó de serlo, porque no habla desde los criterios de la independencia y la imparcialidad, sino desde los interees del gobierno, que debería ser el objeto de sus juicios y sus críticas objetivas. Bienvenido El Espectador diario.

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